La Prehistoria es el periodo que transcurre desde la aparición de los seres humanos, hace más de dos millones de años, hasta la invención de la escritura, hace unos seis mil años. Los primeros seres con apariencia humana vivieron en África, Asia y Europa.
Al principio, estas personas vivían de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Los animales que cazaban eran mamuts, bisontes, ciervos…Y lo aprovechaban todo de ellos: la carne, para alimentarse; las pieles, para vestirse; y los huesos, para fabricar utensilios.
Eran nómadas, es decir, no vivían en un lugar fijo, sino que se trasladaban de un sitio a otro en busca de alimento. Se refugiaban en cuevas.
Un descubrimiento muy importante que hicieron en esta época fue el fuego. Con él, podían asar carne, calentarse e iluminar las cuevas. Además, les servía también para ahuyentar a los animales.
Más adelante, hace unos 10.000 años, los seres humanos descubrieron la agricultura y la ganadería. Ello les permitió asegurarse la obtención de alimentos. Por lo tanto, ya pudieron asentarse en un lugar fijo, es decir, se hicieron sedentarios.
Otro de los grandes descubrimientos de esta época fue la rueda. Gracias a ella, construyeron los primeros carros, que eran tirados por animales.
Los primeros seres humanos decoraban las paredes de las cuevas en las que se refugiaban. Es lo que se conoce como arte rupestre. Para conseguir las pinturas machacaban distintos minerales, hasta convertirlos en polvo. Los pigmentos en polvo los restregaban por la pared con las manos o los mezclaban con grasa de animal. Después, aplicaban la pintura con pinceles fabricados con pelo de animal. Solían representar dibujos de los animales que cazaban.
Las herramientas las fabricaban de dos formas: tallando piedra (por ejemplo, para los cuchillos, puntas de las lanzas, hachas…) o con huesos de animales (por ejemplo, las agujas para coser). También sabemos que fabricaban tejidos y cerámicas.
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